Neuropsicología

La neuropsicología es una especialidad perteneciente al campo de las neurociencias, que estudia la relación entre los procesos mentales y conductuales y el cerebro. En concreto, la neuropsicología estudia los efectos que una lesión, daño o funcionamiento anómalo en las estructuras del sistema nervioso central causa sobre los procesos cognitivos, psicológicos, emocionales y del comportamiento individual. Estos efectos o déficit pueden estar provocados por traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares o ictus, tumores cerebrales, enfermedades neurodegenerativas (como, por ejemplo, Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson, etc.) o enfermedades del desarrollo (epilepsia, parálisis cerebral, trastorno por déficit de atención/hiperactividad, etc.).

La neuropsicología constituye un punto de encuentro entre la psicología y la neurología. En los últimos años ha recibido un renovado impulso por el creciente desarrollo de las ciencias cognitivas (psicología cognitiva, inteligencia artificial, lingüística), de las ciencias neurobiológicas (neuroanatomía, neurofisiología, neuroquímica) y de la explosión tecnológica con las técnicas de neuroimagen (en particular la resonancia magnética, la tomografía por emisión de positrones o PET, el mapeo cerebral y la resonancia magnética funcional).

La neuropsicología se vale hoy en día de métodos experimentales, de la observación clínica, y se puede apoyar de los estudios de imágenes del cerebro (TAC, RMN, PET, SPECT, IRMf, flujo sanguíneo relativo, etc.) y de las ciencias cognoscitivas para diseñar esquemas de funcionamiento y de rehabilitación de las funciones dañadas o perdidas, basados en las funciones preservadas.

La intervención neuropsicológica está indicada para aquellas personas que han sufrido cambios en su capacidad de recordar, concentrarse, pensar, hablar con fluidez, razonar, resolver problemas, organizarse, etc. debido a múltiples condiciones: traumatismo de cráneo, epilepsia, enfermedad de Alzheimer, accidente cerebro-vascular, esclerosis múltiple, ADHD, depresión, esquizofrenia etc.

La neuropsicología ha ido mejorando el conocimiento de las relaciones cerebro-conducta, no sólo en sujetos con daño cerebral sino también en personas sanas.

Los neuropsicólogos trabajan con personas de todas las edades, y que padecen diferentes afecciones, como veremos a continuación.

  • Con mayor frecuencia tratan a pacientes con problemas neurológicos, que pueden incluir traumatismo de cráneo, accidente cerebro vascular, tumores cerebrales, enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia, patologías del desarrollo como el autismo, etc. Todas estas patologías pueden cursar con alteraciones neuropsicológicas, presentando perfiles cognitivos relativamente característicos. Su detección es de suma importancia para encarar un tratamiento adecuado.
  • Otro grupo de consultantes lo constituyen los sujetos mayores, preocupados por sus problemas de memoria. En muchos de estos casos se trata simplemente de los cambios normales que acontecen en el sistema cognitivo producto del envejecimiento, pero en otros puede deberse a la presencia de un deterioro cognitivo leve, o a la fase inicial de una demencia. Entre los hallazgos más novedosos de los últimos tiempos está la posibilidad de realizar un diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer, mediante tests sensibles y específicos, lo cual permite mayores posibilidades de tratamiento, ya que está demostrado que la mayor eficacia terapéutica (esto es, lograr un enlentecimiento del deterioro inexorable) se obtiene en la fase inicial de la enfermedad.
  • Existen otras patologías crónicas, como diabetes, hipotiroidismo, lupus, en las que también suelen verse alteraciones cognitivas.
  • Asimismo muchas enfermedades psiquiátricas (como la esquizofrenia, la depresión, el trastorno bipolar y el trastorno obsesivo-compulsivo) comprometen ciertas funciones cognitivas y en muchos casos ameritan la exploración neuropsicológica. Particularmente es en este último grupo de patologías donde la neuropsicología ha avanzado más en los últimos tiempos, proponiendo un cambio de mirada hacia trastornos clásicos como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, por ejemplo. Entender la esquizofrenia como una patología con déficit en las funciones ejecutivas, en la atención, y en la cognición social, implica todo un cambio en lo que respecta a la posibilidad de tratamiento y la calidad de vida de estos pacientes.

El ámbito profesional puede ser académico, clínico, médico-legal o de investigación. En la clínica, un neuropsicólogo se ocupa del diagnóstico y el tratamiento de aquellos problemas cognitivos, conductuales y emocionales que pueden ser resultado de diferentes procesos que afecten el normal funcionamiento cerebral. Su papel es la evaluación de los efectos psicológicos y comportamentales del daño cerebral de una persona con el fin de detectar y establecer una relación entre las zonas anatómicas y las funciones cognitivas afectadas, con el objeto de delinear un programa de rehabilitación neuropsicológica pertinente al caso. Los neuropsicólogos clínicos desempeñan su profesión en centros sanitarios tanto públicos como privados (unidades hospitalarias de rehabilitación o centros específicos de trauma, servicios de neurología, neurocirugía, geriatría, unidades de epilepsia, centros específicos de tratamiento de demencias, unidades de psiquiatría, asociaciones de pacientes, etc.) y, por lo tanto, deben contar, según el caso, con el título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica o el de MPGS (o estar habilitados por las disposiciones transitorias: véase el epígrafe dedicado al PGS y al MPGS). Cabe señalar también la necesidad de especialistas en neuropsicología forense: su ámbito de trabajo se centra en equipos de valoración del rendimiento cognitivo en contextos médico-legales y otros servicios jurídicos, peritajes, aplicado a la determinación de incapacidades, tutelas, etc.

La neuropsicología es una especialización que se puede cursar en estudios de posgrado; así, un neuropsicólogo aplicado es un psicólogo o médico (generalmente psiquiatra o neurólogo) con especialización de posgrado.