Coaching

La etiqueta coaching ha tenido un gran impacto, y por eso, bajo esa etiqueta se pueden encontrar “soluciones” muy diversas, a veces de lo más disparatado. Puesto que el coaching no ha sido impulsado inicialmente por los psicólogos,  es frecuente que se evite mencionar la palabra “psicología” o se hagan esfuerzos para diferenciarse de esta, como si el coaching fuera otra ciencia. La realidad es que tanto por sus objetivos como por su procedimiento y sus técnicas, el coaching es una alternativa de intervención psicológica no directiva que partiendo de la base de que el protagonista es quien lo recibe, utiliza un compendio de estrategias desarrolladas por diversas escuelas psicológicas. Por tanto, los psicólogos tienen mucho que decir aquí, y así lo demuestra el interés que desde hace algunos años despierta en coaching entre los profesionales de la psicología. Y la incorporación de los psicólogos al coaching, cada vez mayor, contribuye a que los servicios de coaching sean proporcionados por profesionales mejor preparados.

Hasta la fecha, la formación en coaching se realiza mayoritariamente a través de cursos que imparten o avalan asociaciones profesionales privadas, cursos de duración y calidad muy variadas en los que se admite a cualquier persona y el único requisito para impartirlos es haberlos cursado antes y tener la acreditación de la asociación correspondiente. El coaching no es una profesión reglada, y por tanto, puede identificarse como coach cualquiera, y de ahí la importancia de que las universidades, y en concreto las facultades de psicología, asuman la responsabilidad de formar en coaching. Ya hay algunas que avalan cursos de escuelas de coaching o incluyen cursos en sus programas de extensión universitaria, pero no existen asignaturas sobre psicología del coaching en los programas de grado y solo algunos títulos propios. Es decir, todavía es necesario que las facultades de psicología se involucren más en la formación en coaching, tanto a nivel de grado como de postgrado.

El involucramiento de las facultades de psicología debe contribuir a delimitar este campo con un mayor rigor, desarrollando y ordenando un corpus de conocimiento y habilidades profesionales que repercuta en una preparación mejor de los profesionales del coaching.

El coaching se utiliza sobre todo en el ámbito empresarial, fundamentalmente con directivos con responsabilidades de liderazgo, pero cada vez se extiende más a otros ámbitos relacionados con el rendimiento individual, grupal o institucional, por lo que sin duda ofrece muchas salidas profesionales. Además, es una herramienta que otros profesionales pueden incorporar a su repertorio de recursos. Por tanto, los psicólogos que se especialicen en coaching pueden tener buenas oportunidades.