Psicología y envejecimiento

El aumento de la esperanza de vida en nuestro país genera nuevas necesidades y demandas a la sociedad en su conjunto. Las personas mayores serán cada vez más numerosas y el objetivo que se persigue es que vivan más, pero en condiciones óptimas teniendo presente el bienestar subjetivo del individuo. Esta situación demográfica genera nuevas salidas profesionales en el campo de la Psicología.

A nivel aplicado, algunas de las salidas profesionales pueden ser: diseñar programas orientados a promover el envejecimiento saludable y prevenir situaciones de dependencia, con la puesta en marcha de campañas de promoción del envejecimiento activo; preparar a las personas mayores para la etapa de jubilación; elaborar programas y talleres de intervención psicológica con el fin de prevenir situaciones de dependencia; formar a otros profesionales relacionados con la Geriatría que precisen de acreditación profesional; y evaluación e intervención neuropsicológica en enfermos con demencia, entre otras.

A nivel de investigación, el psicólogo puede trabajar en elaborar pruebas de evaluación adaptadas a la población mayor; realizar estudios de baremación de tests psicológicos; participar en proyectos de investigación orientados a una mejor caracterización de los mayores a nivel cognitivo, emocional y conductual; y colaborar con otras disciplinas científicas para estudiar los factores que favorecen el envejecimiento sano, entre otras.

Existen distintos cursos de posgrado en este ámbito, con denominaciones como “Psicogerontología”, “Envejecimiento y salud”, “Envejecimiento saludable”.

Entre los ámbitos en los que se puede ejercer la profesión cabe señalar los servicios sanitarios (unidades de psicogeriatría, hospitales de día, unidades de memoria, centros de salud mental, unidades de rehabilitación); los servicios sociales (centros culturales, servicios de ayuda a domicilio, atención a familias de personas dependientes); las asociaciones y fundaciones relacionadas con enfermedades prevalentes en el envejecimiento, como asociaciones de enfermos de Alzheimer, Parkinson, etc.; el ejercicio privado con personas mayores y/o familias; los centros de formación de profesionales (universidades, centros de formación); las unidades de recursos humanos en el entorno de las empresas (preparación para la jubilación); y los centros de investigación relacionados con el envejecimiento. En los casos en los que el profesional desarrolle su actividad en centros sanitarios, deberá estar en posesión del título de Psicólogo Especialista en Psicología clínica o de MPGS.